A los 9 años de edad, Hernández tuvo que abandonar la instrucción primaria por problemas de salud y, por recomendación de un médico, se marchó al campo junto a su padre. Ambos se instalaron en el sur bonaerense, en el poblado de Camarones, y allí el futuro escritor se transformó en un sagaz observador de los trabajos de ganadería que llevaba adelante su padre y de las tareas que desempeñaban los gauchos. Así fue conociendo el estilo de vida y las tradiciones de estos hombres, que reflejaría con maestría en sus escritos.
Este autor argentino se caracterizó por su capacidad como autodidacta. Con sus constantes lecturas supo formarse de una marcada identidad política e incluso participó en una de las últimas rebeliones federales. Tras la derrota del movimiento, Hernández se exilió en Brasil. Recién regresaría a Argentina en 1872 y continuó su lucha a través de su trabajo periodístico y de sus cargos como diputado y senador de la provincia de Buenos Aires.
En cuanto a su labor como poeta, cabe destacar que “Martín Fierro” es un poema narrativo que consta de dos partes: “El Gaucho Martín Fierro” (publicada en 1872) y “La vuelta de Martín Fierro” (1879).
La primera parte del poema consiste en una exaltación del sacrificio y el heroísmo del gaucho, como una protesta contra la visión europea del presidente argentino Domingo Faustino Sarmiento. En la segunda parte, Fierro se muestra más reflexivo y moderado, tiempo después de haberse convertido en un gaucho matrero (fuera de la ley).
José Hernández falleció el 21 de octubre de 1886 en Buenos Aires, tras sufrir una afección cardiaca. Sus restos se encuentran en el cementerio de la Recoleta, en la capital argentina.
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